Durante el siglo XX, una nueva forma de hacer negocios revolucionó el mundo de las ventas directas: el marketing multinivel (MLM), un modelo que combinó el emprendimiento personal con redes de distribución que crecían de forma exponencial.
La historia comenzó en la década de 1930, cuando el empresario estadounidense Carl Rehnborg fundó Nutrilite, una compañía de suplementos nutricionales. Inspirado por su experiencia en China y su interés por la salud, Rehnborg no solo ofrecía un producto innovador, sino también un sistema de ventas único: los distribuidores no solo ganaban por vender, sino también por reclutar a otros vendedores. Así nacía una estructura de compensación escalonada, que más tarde sería conocida como marketing multinivel.
El modelo fue refinado y llevado a nuevas alturas en 1959, cuando dos antiguos distribuidores de Nutrilite, Rich DeVos y Jay Van Andel, fundaron Amway. Esta empresa no solo replicó el sistema, sino que lo profesionalizó y lo llevó a un alcance internacional. Amway se convirtió en la piedra angular del MLM moderno, estableciendo patrones y estructuras que serían replicadas por miles de compañías en las décadas siguientes.
Durante los años 70 y 80, el modelo MLM vivió una expansión sin precedentes, con empresas como Herbalife, Avon (que incorporó elementos del modelo), y Mary Kay consolidándose en mercados de todo el mundo. A pesar de la controversia y las críticas —incluyendo comparaciones con esquemas piramidales— el MLM se mantuvo como una alternativa de negocio legítima para millones de personas.
Uno de los principales beneficios del marketing multinivel ha sido su capacidad para ofrecer oportunidades de ingreso a personas sin necesidad de grandes inversiones de capital. Distribuidores independientes o afiliados pueden iniciar sus actividades con una baja barrera de entrada, trabajar desde casa, establecer sus propios horarios y desarrollar habilidades de ventas, liderazgo y desarrollo personal.
El modelo también ha promovido el autoempleo, especialmente entre mujeres, personas mayores o aquellas que buscaban ingresos adicionales sin renunciar a su vida familiar. En muchos casos, el MLM ha sido una puerta de entrada al mundo empresarial, fomentando el espíritu emprendedor y el empoderamiento económico.
Al cierre del siglo XX, el marketing multinivel había pasado de ser una innovación marginal a un fenómeno global, con millones de distribuidores activos, cientos de empresas operando bajo este modelo y un legado de transformación económica y social que aún genera debate entre economistas, reguladores y emprendedores.
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